Si todos fuésemos
como los perros
Los perros en las telenovelas de
aire supernatural están en boga. Y todos tienen nombres con P. Nos demuestran
que el amor va más allá de la muerte. El perro no es meramente una mascota o
posesión del ser humano. Es una fuente de apoyo inagotable que traspasa la barrera
del lenguaje y las especies. Nos basta con compartir el diario vivir con su
batidora de experiencias, aventuras, desventuras, sueños, desvelos, ilusiones,
desilusiones, dolamas y sanaciones. Esa compenetración los hace testigos de
cómo quiénes somos en verdad. No nos censuramos cuando estamos con nuestros
perros. Nos confesamos. Nos quitamos el filtro y desenmascaramos las patrañas
que llevamos por dentro.
Los perros nos ven en exclusivo.
Más nadie nos ve así. Ni nuestro mejor amigo, ni nuestra pareja. Por eso no es
de extrañarnos que nos vean más allá del plano terrenal y sepan de los pasos de
sus amos al morir a la materia. Ya conocen su alma desde que vivían en la
tierra.
El “Pacho” de “En OtraPiel” vela
a su nueva “Mónica” y el “Pepe” de “Escrito en las Estrellas” sabe cómo cuidar
del legado de “Daniel” y de su amada “Victoria/Viviana”.
Pero si los perros no hubiesen
recibido amor de los dueños, otro hubiese sido el cantar. Hubiesen sentido
alivio al perder esos seres. Ahí si hubiesen sido posesiones y no los más
íntimos seres en sus vidas.
Así es mi Chispi. Por poco se me
muere la semana pasada de una aflicción estomacal. Ya está sana gracias a Dios
y a los amigos del hospital veterinario. Ella la lambido mis lágrimas en los
momentos más solitarios de mi vida. Cuando la fe se hacía finita ella estaba
allí para demostrarme que del rabito más chiquito sale la fuerza más tenaz. Y
no es la perra perfecta. A veces se me pone bien más que chava, voluntariosa y
difícil, pero todos tenemos nuestras manías. Con ellas brego, como ella brega
con las mías. Así nos tratamos las dos, sin condiciones. Para condiciones están
los bancos y los préstamos.
Los Siete Pecados de “Avenida
Brasil”
“Avenida Brasil” concluyó hace
tres semanas y aún tengo preguntas rodándome en la cabeza. Son cabos sin atar y
son sin duda inconclusiones que dejó
esta inolvidable producción.
1. ¿Qué
compusieron Carlitos y sus tres familitas en la trama? ¿No había una forma más
fácil de ponerle novia rica a Jorgito y luego a Irán?
2. ¿Cómo
se reincorporó Adauto al Divino FC? No se supo si lo convenció Tifón, el
entrenador, Olenka o si fue trabajo en equipo.
3. ¿Qué
pasó con la casita de Olenka? ¿Se mudó por fin o no? Llevó más de media novela
hablando de la casita y ni se vió.
4. ¿Llegaron
a viajar Jorgito y Nina a California? Tampoco se supo si montaron el
restaurant.
5. ¿Qué
hubo de bodas? Me hubiese gustado saber si Jorgito y Nina por fin se casaron. Y
lo mismo para con Tifón y Monalisa. También hubiese sido gracioso ver cómo se dio
el romance entre Ivana y Silas. Se les vio juntos en el final. Miren que ese
hombre ha trotado el Divino entero con cada hembrota. Es que Ángel, le sobra.
6. ¿Cómo
quedó parado ante la justicia el miserable de Santiago? Ese maldito pudo haber
muerto en la víspera. Después de haber matado a Nilo, se me acabó de salir.
Nilo no era santo de mi devoción, pero al menos no era hipócrita. Me hubiese
gustado saber quién lo enterró y ver su tumba.
7. El
Divino FC siempre jugaba y practicaba en un estadio dilapidado. Al final están
jugando en un estadio de primer orden. ¿Jugaban por un campeonato o por el pase
a la Primera División? Ganaron algo grande. ¿Qué era? Me quedé con las ganas de
saber que se celebraba tan en grande.
Continuidad Dentro de
las Diferencias
Aunque diametralmente opuesta a “Avenida
Brasil”, “Escrito en las Estrellas” nos ofrece cierta continuidad con Débora
Falabella y Nathalia Dill como contrafiguras nuevamente. Nathalia mantiene su
voz del doblaje de “Avenida Brasil” pues el personaje de “Victoria/Viviana” es
juicioso como “Débora” lo fue en “Avenida Brasil.” Ahora, Débora Falabella aquí es la descocada
ególatra, materialista, embustera y buscona de “Beatriz Cristina.” La voz
chillona y aspaventosa le va perfecta. “Nina” no es, ni por error.
Igual de acertada es la elección
de la voz de “Monalisa” de “Avenida Brasil” para “Mariana” en “Escrito en las
Estrellas.” La sencillez, candor y alma trabajadora de ambas trae confort al
compartir la voz en el doblaje. Es una continuidad que no distrae, sino que
atrae el televidente hacia “Mariana” y la hace más entrañable.
Señor de los Cielos 2
Siguiendo la vertiente de las
continuidad, ya está aquí “El Mismo Jefe de Todos” en su segunda temporada. Entre
muertos, resucitados y revelaciones a granel se han ido atando cabos en estos
primeros días de su regreso. La credibilidad de la historia va con lo antes
establecido en la serie y no atenta con la integridad de los personajes.
Lo que sí queda claro es que
Rafael Amaya es la figura emblemática masculina de Telemundo. Transmite
calidez, simpatía y buen sentido del humor. Es un hombre guapo y seguro de sí.
Ahora bien sin ser un lindoro que incomode a los hombres. Al contrario,
quisieran ser su amigo a ver si se les pega algo por osmosis. No lo envidian,
lo quieren como a un muchacho del barrio. Y las mujeres también como al más
deseado, pero saben que tiene novia y lo respetan. Para completar, el Rafa se
ve humilde y no se cree el “Señor de los Cielos.”
Enhorabuena que la serie haya
vuelto y que amenace con una tercera temporada. Si es con calidad, excediendo
las expectativas del público y con el súper elenco que trae, sigan por ahí
hasta que nos cansemos.
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