El
horario de las dos de la tarde se ha convertido en tierra de nadie. Las
televisoras tradicionales se lo han adjudicado a refritos de corte espiritual o
dicharachero y programación chismológica. Uno se pregunta si hay público aún
para las novelas. Me refiero a novelas nuevas, no a “clásicos” o
retransmisiones de alta calidad y excelentes ratings en su momento.
Esta
producción de MediaPro Pictures para Acasă TV de
Rumania e importada con derechos exclusivos para América por VIP200TV, trata
los valores de oriente versus occidente como hemos visto en telenovelas como
“El Clon” e “India: Una Historia de Amor.” A diferencia de estas producciones brasileras,
“En Nombre del Amor” impone naturalidad en la realización de la trama a través
de imponentes escenarios nunca antes vistos en nuestra televisión, actores y
guionistas autóctonos de Rumania. Es importante destacar que Rumania es un país
de Europa oriental en la puerta del mediano oriente donde los valores de
occidente se imponen. Allí las mujeres pueden ser lo que quieran y alcanzar la
cúspide en sus profesiones sin subyugarse ante la voluntad de ningún hombre. Al
menos eso pensaba “Ilinca”, la protagonista de la trama hasta que conoce el
verdadero amor y la pasión en los brazos de “Amir”, un apuesto jeque árabe que
derrumbará su mundo de ambiciones y la pondrá cara a cara contra quien menos
esperaba: Su Madre. Y ahí se destapa una olla de secretos, traiciones,
oposiciones religiosas y el temor de los asesinatos por honor. Si quieren ponerse al día el sitio web de
MundoMax es el lugar adecuado para hacerlo, pues ya se va acercando al capítulo
ochenta. Nunca es tarde si la novela es buena.
Lo resumo así: Las telenovelas son una industria que mueve
billones de corazones, crea empleos en el mundo entero…y sólo porque alguien en
algún lugar las escribe; un grupo edita y le añade al escrito; los héroes y
villanos de la actuación les dan vida; los magos del lente las capturan en HD;
los profesionales de la mercadotecnia las venden; más adelante los canales las
transmiten; millones de espectadores las ven en diferentes países en su idioma
original; luego los genios del doblaje les dan color en otros idiomas; millones
más las disfrutan en otras lenguas hasta que somos billones y se repite el
ciclo de la creación.
Los géneros noveleros van creciendo al igual que los países
que se suman a su haber. Es contagioso este arte y es lindo verlo continuar a
las dos de la tarde. Ojo programación de otra índole no significa progreso. El
verdadero progreso está en apoyar las historias que elevan el arte de la telenovela. Sea a la
hora que a sea.