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Cuando Telemundo decida producir una serie
cómica sin las cursilerías sin sentido de Teresa Cristina en Marido en Alquiler
ahí tienen a Kenya Hijuelos, la Lucy de Santa Diabla. Fue capaz de darle un
toque de comicidad y alegría a una trama llena de tensión y angustia. Ahora, no
vayan a crear una nueva sucursal de naconovelas. Más bien pónganse a buscar
historias graciosas que aporten algo nuevo al repertorio. ¿Dónde están la Betty
y el Pedro de esta década?
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Camelia la Texana se ha ido más en técnica
cinematográfica que en acción y desarrollo de la trama. La veo muy lenta. Las
actuaciones no se pueden ni evaluar bien dentro de ese marco. Los exteriores y
la escenografía son los verdaderos protagonistas. El 1974 y el momento
histórico de la guerra de Vietnam le darán forma a la historia de Camelia más
que otra cosa. Avancen con las cosas…¡ya!
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Es una pena que La Viuda Negra se transmita por UniMás
y no por Univisión. Podrían capitalizar con la actuación de Ana Serradilla,
muchísimas caras conocidas de otras telenovelas de Caracol vistas en su mayoría
por Telemundo y la inversión de Televisa, RTI y Caracol ubicándola en un
horario después del noticiero de las once de la noche. ¿Cuántos desmadrugados
no la veríamos y/o la grabaríamos? Alcanzaría más audiencia sin afectar la
imagen de Univisión como una cadena de programación familiar. ¿Seamos sinceros no le hacen más daño a esa imagen familiar
algunos segmentos de Sábado Gigante y El Gordo y La Flaca que bastante
subiditos de tono y vulgarcitos son en horarios tempranos?
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Por ahí viene el nuevo serial del Señor de los
Cielos encabezado nuevamente por Rafael Amaya. Parece que van a desenterrar a
Fernanda Castillo (Mónica). Se unirá a la compañía actoral Marlene Favela. ¿Qué
podrá añadir versus Sara Corrales (Matilde), Carmen Villalobos (Leonor) y Ximena
Herrera (Ximena)? A quien ya quiero ver dentro de todo es a Raúl Méndez
(Chacorta) y cómo reacciona con la “resurrección” de su hermano. Y no nos
olvidemos del Turco caracterizado por Arturo Barba.
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Últimamente se le ha dado mucha relevancia al
tráfico humano en las telenovelas de Telemundo. Se vio de forma brusca, burda y
a grandes rasgos en Santa Diabla y brevemente, pero con todos sus horrores en la
nueva novela En Otra Piel. Creo que por ser telenovelas producidas en los
Estados Unidos bajo el sello de NBC Universal, no van más allá de cierto punto.
Los que sí se atreven y van con todas son los productores de Caracol con la nueva
telenovela que se emite en las mañanas, irónicamente en Telemundo, La Promesa.
Se cubre el tema de principio a fin y de forma bastante escalofriante. Es una
pena que no se emita en un horario estelar. Es merecedora de un espacio las
diez de la noche. El realismo recrudecido parte de la necesidad de espacios
seguros para las mujeres jóvenes en nuestra América. Los exteriores, temas,
valores de producción y actuaciones convalidan la desgracia de las jovencitas y
sus familias y confirman la maldad de sus captores. Hasta ahora la única cara
conocida para mí es Cristian Tappan. No esperaba verlo ahí. Su desesperanza como
el teniente alcohólico Roberto Aristizabal es convincente y rompe almas. No se
la pierdan.
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Los romances entre personas de edades dispares
llueven en las novelas en estos días. Ya
cansa. Se sabe que hay hombres que son felices con mujeres más jóvenes y
viceversa. Esos romances se han vuelto el equivalente del amor entre distintas
clases sociales que impulsa las telenovelas clásicas. Búsquense otra manzana de
la discordia u algún enredo para hacerlo más interesante porque se está
volviendo cansón por demás y restándole a las tramas principales.
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No pensé que María Elisa Camargo tuviese la
madera actoral para cargar el protagónico de una telenovela como En Otra Piel.
En una ocasión anterior la había visto en un papel de villanita malcriada.
Cualquier actriz mediocre pudo haber hecho ese rol sin esfuerzo, me dejé llevar
por eso. Esta reimaginación de El Cuerpo del Deseo le ha dado la oportunidad de
mostrar una gran variedad de emociones. Ahora, debe tener cuidado y cortar la
nota melodramática a tiempo cuando está en añoranza o amnésica porque ahí tiende
a la exageración, pero por lo demás se lo pierde Televisa. Vanessa Villela como
la malvada Elena está evolucionando
muchísimo de su papel en Una Maid en Manhattan. Se le ve más perversa y
explotando todos su atributos físicos, emotivos, mentales y hasta la moda a su
total favor. Excelente contrafigura.
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El talento de Christian Bach se está perdiendo
en La Impostora. Estoy harta de verla como la villana que dirige toda clase de
atentados desde una oficina. Y no se olviden de las visitas hospitalarias que
hace para terminar de asesinar a sus enemigos. Tiene que haber otro tipo de
papel para ella que vaya más allá de cambiarle la peluca, el hijo y la empresa
que lidera. Digo, a lo mejor a ella le encantan estos papeles refritos estilo
Antonia Guerra en La Patrona y ahí se queda. Tiene más que ofrecer que insultos
a gritos chillones a unos compinches mediocres y órdenes de asesinato mal
concebidos
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Es una genuina alegría ver a Alba Raquel Barros
aparecer como Doña Lupe la dueña de la pensión donde se hospedan Mayte,
Adriana/Mónica y Vale en En Otra Piel. Fue una genuina para-tráfico en Puerto
Rico en los 1970-1980. Se le conoce como bailarina, comediante, actriz de
novelas, cine, teatro y animadora. Su carisma, belleza, picardía y sentido del
humor se han mantenido con el paso de los años. Está más frondosita que antes,
como diría el autor puertorriqueño Don Abelardo Díaz Alfaro, pero eso no le
resta en nada para actuar. Hacen falta mujeres que de su talla en nuestras
pantallas, que en la vida real son más que las bien delgadas que vemos a diario
en las telenovelas. La mujer ideal va más allá de eso. Es la que con el paso
del tiempo permanece fiel a quien de verdad es sin flaquear y ojalá muchas de
las que hoy son estrellas puedan ser una Alba Raquel el día de mañana.
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