Este año los Latin Grammy estuvieron fiel a la
atmósfera fiestera que tanto prometieron los comerciales en todo momento sin
empalagar, aburrir o dedicarse a un solo género musical. Mejores anfitrionas
que Roselyn Sánchez y Jacqueline Bracamontes no pudieron tener. Ambas tienen elegancia,
dicción, simpatía, belleza y el porte para preceder las notas musicales de los
invitados. Al fin los productores dieron en el clavo con un dúo ganador. En ningún
momento se vieron compitiendo. Al contrario, estaban en natural sintonía . El
teleprompter no fue la estrella de sus presentaciones. No hizo falta anfitrión que
viniera a hacerse el papisongo con bromitas o poner notas discordantes. Sí, porque ese tipo de
libreto ha dominado las entregas de algunos premios en años anteriores. Productores
tómenlo en cuenta para entregas venideras, damas de este nivel atraen
televidentes de ambos sexos por su trayectoria televisiva. Y más con sus
ajuares de gala.
Otra que llevó muy bien su ajuar
de gala esa noche fue Rita Moreno al presentar el premio al mejor álbum urbano.
Se lo gozó todo. Más allá de su talento, su buen humor y su don de gente es lo
que a sus ochenta y tres años la hacen una leyenda viviente. Alguien que aún
trabaja en Broadway, y le da voz a la abuelita “Jolie” en la serie animada
“Nina´s World” de Sprout Channel. Esa alegría de vivir y de gozarse el
reggeatón es parte de la razón de su éxito.
A parte que su disciplina de baile y yoga le mantienen el cuerpo y la
mente bien ágil. Ni se diga de su figura con su traje “strapless.”
¡Vaya antesala la de Rita para la
victoria de Tego Calderón! Por ahí dicen que vino de atrás al ganar con su
álbum “El Que Sabe, Sabe.” El que Tego haya tenido menos promoción que los
otros nominados, no quiere decir que haya estado rezagado. “El Que Sabe, Sabe” está
libre de sobre producción comercial y lleno con ritmos más cercanos a la
tambora que a la consola. En comparación con los otros álbumes nominados
es un proyecto artesanal. Por eso ganó. Tego siempre ha sido un artesano del género,
no se equivoquen. Y ya era hora que ganara. Por eso celebró con un “Puñe….,
¡Que Viva Puerto Rico!” al recibir el premio. Es que la Ñeta Boricua no falta
en ninguna celebración, a veces frente a las cámaras a veces tras bastidores,
pero siempre o se nos sale o la decimos adrede.
Siguiendo el tema de los
artesanos boricuas de la música urbana, Calle 13 salió victorioso con su vídeo
del tema “Ojos Color Sol.” El del tema “Así de Grandes Son las Ideas” también
estaba nominado en esta categoría (Mejor Vídeo Forma Corta).
También ganó el Caballero de la
Salsa, Gilberto Santa Rosa. Su producción “Necesito un Bolero” se alzó como
mejor álbum tradicional. Su voz ha trascendido el género tropical y lo
intercala con el romanticismo del bolero a la perfección en sus presentaciones
y grabaciones. Muchos todavía gozamos de su disco “A Dos Tiempo de Un Tiempo,”
donde rinde homenaje a Tito Rodríguez. Es que Gilberto es de esas voces que va
más allá del tiempo. Fue lastimoso que lo premiaran en la tarde y no durante el
“show grande.”
Eso fue prueba indiscutible que
la noche era para el reggeatón pues el show arrancó con “Ginza” de J Balvin y
se entretejió con el Remix de “Lean On” con Major Lazer, Mo, Diplo y Farruko. A las 9:30 p.m., unas de la horas
pico del programa, se presentó Nicky Jam con “El Perdón” y trajo a Omi para
terminar con “Cheerleader.” Luego participaron Ricky Martin y Wisin con su
nueva colaboración, “Que Se Sienta El Deseo.”
También estuvo Maluma con Fifth Harmony interpretando “Sin Contrato.”
Se destacaron también en ritmos
tropicales Chocquib Town y Bomba Estéreo con Will Smith. El espectáculo cerró
con “Materialista” de Silvestre Dangond y Nicky Jam. Dicho sea de paso Nicky
Jam y Ricky Martin fueron los únicos artistas en presentarse dos veces esa
noche. Y los dos son boricuas. Nicky resultó vencedor con “El Perdón” como
“Mejor Interpretación Urbana.”
Parece mentira, que el día
después que tantos boricuas se lucieran en esta entrega los medios escritos de
Puerto Rico tuviesen tan poco que decir al respecto. ¿De cuándo acá otros
chismes banales son más importantes que los logros? Serán más rentables, pero
no más importantes. Me dio la impresión que la prensa no viajó a cubrir el
evento. Es más parece que ni siquiera se hizo buen uso de los contactos para ir
más allá de lo que se vio por televisión o las redes sociales.
No hubo la creatividad de ir o
seguir algún artista durante los días previos a esa entrega o al menos durante
las horas previas. O hasta la misma Roselyn Sánchez que es boricua, pudo haber
sido sujeto de una excelente cobertura. ¿Qué pasó? ¿No es importante apoyar a
nuestros músicos o a nuestra Roselyn?
Parece ser que el chisme del día,
el que es pasajero y que aparece sin pasar mucho trabajo, es mejor para llenar
las páginas. Quizás lo sea corto plazo. Y es más fácil apoyar las grandes estrellas
cuando hay un Choliseo o una actividad cuando esos artistas ya estén en la
isla. Mientras tanto ellos son las caras de Puerto Rico en el exterior, para
bien o para mal. Caigan como caigan, canten lo que canten y actúen en lo que
actúen. Por suerte los que allí estuvieron han representado a Puerto Rico exitosamente
a través del mundo. Y mientras tanto se le da importancia a las historias
chatarra en vez de los que hacen historia. ¡Qué así queden en récord! Tanto los que ahora son ingratos como a los
que han disfrutado la grata dulzura de sus victorias para la Isla.
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