jueves, 5 de noviembre de 2015

"Preciosa Perla" y "Buda"

La fascinación por el exotismo y las religiones del lejano oriente reluce nuevamente en “Preciosa Perla” (Telemundo, 12:00 p.m. EST).  Este tema recurrente en las novelas brasileñas producidas por Globo  encuentra su marco en el budismo tibetano, los estragos de la 2ª Guerra Mundial y la posguerra, el arte del cabaret, el socialismo y por supuesto en el amor y la venganza. Sin amor y venganza, no puede haber telenovela de género alguno.

El merecedor del odio de todos es “Don Ernest Hauser,”un joyero de origen suizo que cree manipular la vida de todos a su alrededor con su maldad y prepotencia. Caracterizado por José de Abreu, el maldito “Nilo” de “Avenida Brasil,” este personaje destila veneno del más concentrado por el mero hecho de respirar. José de Abreu se crece con este papel demostrando que la edad no es impedimento para dominar las escenas y ser protagonista de facto. La pareja protagónica queda en segundo plano y por mucho ante sus ademanes, carisma y gestos.

De igual forma, “Rita,” la nena de “Genesio” en “Avenida Brasil,” Mel Maia es “Perla” la reencarnación de “Ananda Rimpoche” en Brasil. La niña actúa con convincente naturalidad usando la justa medida de inocencia y precocidad. Y tal como en “Avenida Brasil” se encara con José de Abreu, pero esta vez con el amor de una nieta y no la rebeldía del ambiente hostil del tiradero.
La gran interrogante de “Preciosa Perla” es si “Perla” salvará a “Don Ernest” de su propia maldad. El viejo cosecha su siembra, pero aún reniega de aceptar su propia culpabilidad en su destino. Lo sufre pero sólo adjudica culpas a las faltas ajenas. Todo es porque su forma de vida y de lidiar con el mundo cambiante es inadecuada. No acepta los cambios sociales ni el dinamismo de los seres humanos como fuentes de raciocinio y gustos propios. Para “Don Ernest” el mundo es de él y el resto desfila como parte de un elenco secundario. Se cree protagonista, director, guionista, editor, promotor, publicista, en fin de todito.

Vive engañado, la que corre el espectáculo es la ex-ama de llaves, “Gertrudis” (Ana Lucía Torre) Esa es más odiosa y calculadora que él. Ha enfermado al supuesto hijo de ambos, “Manfred,”  a tal grado que tiene las mismas ganas de redirigir el mundo que “Don Ernest.” Cree que así conquistará el amor de su Papito y todo aquello que allegadamente le pertenece y merece. Un ególatra para otro ególatra. Sería como decir una flor para otra flor, pero marchitas las dos. A cuál de las dos más muertas de estas florecitas.

Y más ahora que “Manfred” (Carmo Dalla Vecchia) sabe quién es su verdadero padre. El muchacho está más muerto por dentro que nunca, más obligado que nunca a proteger su falsa identidad como hijo de “Don Ernest” y ocultando el ensañamiento contra su madre. Veremos si “Don Ernest” se rebela y llega a entender que lo es el amor—no es sinónimo de mancillar, humillar, mal dirigir y mangonear a los demás. Quizás “Perla” con su inocencia infantil y la sabiduría milenaria que encierra al ser la reencarnación de un maestro budista tenga la llave del corazón del indomable e insoportable abuelo. ¿O pasará el resto de sus días sin salvarse de si mismo y aceptar que aunque la salvación es individual se puede mediar a través de otro – sólo si nos abrimos no sólo de brazos y de la boca para fuera, sino del corazón para dentro para así abrazar lo que las palabras no pueden describir y los brazos no pueden agarrar: la verdadera incondicionalidad del amor. 

Y si quieres conocer más sobre lo que postula el Budismo, espera a “Buda” en el 2016. Una historia de 55 capítulos rodada completamente en la cuna de Buda, India por Zee TV. Ya ha debutado en  varios países de América Latina con críticas excelentes y el deleite del público más exigente. Con “Buda” podrás ver más allá de la práctica en un monasterio y como se transmiten las enseñanzas a los creyentes en la vida secular. Podrás conocer los orígenes, nacimiento, desarrollo y lucha interior del joven que canjeó el ego, los placeres mundanos y lo material por la intangibilidad pacífica de la Nirvana. Su Iluminación lo transformó en uno de los líderes espirituales más transcendentales de la historia humana. No importa la fe que profeses, esta serie más que una novela es una fuente de aprendizaje sobre nuestro mundo, sus ideas, y los bellos lugares a los que la televisión puede transportarnos día a día. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario